Proyecto Artemisa surge de una realidad que durante mucho tiempo ha estado invisibilizada: el impacto profundo que tiene en las mujeres el descubrimiento del consumo de pornografía —o la adicción sexual— por parte de sus parejas.
Durante años, como psicóloga y sexóloga clínica, he acompañado a hombres en procesos de recuperación frente a la adicción al sexo. También he trabajado en prevención con adolescentes, familias y educadores. Pero lo que fue creciendo en silencio fue algo que pocas personas querían mirar de frente: el dolor de las mujeres. Las que descubren, a veces después de años, que sus parejas llevan una vida sexual secreta. Las que sienten que algo no encaja. Las que se enfrentan al shock, a la traición, a la confusión, a la culpa.
En mi bandeja de entrada comenzaron a llegar correos. Mujeres que no sabían si lo que estaban sintiendo era válido. Mujeres rotas, aisladas, preguntándose si estaban exagerando. Mujeres que no encontraban profesionales formados, ni espacios seguros, ni recursos en español.
Entonces entendí que no bastaba con escuchar. Había que construir. Así nació Proyecto Artemisa.
Proyecto Artemisa es un lugar creado por y para mujeres. Un espacio terapéutico y formativo que ofrece acompañamiento psicológico, recursos y comunidad a quienes están atravesando el impacto del consumo de porno en la pareja.
No damos respuestas universales. Damos herramientas, escucha y contención para que cada mujer pueda encontrar las suyas. Lo hacemos desde el conocimiento clínico, el enfoque en trauma y la sensibilidad que merece esta experiencia tan profunda.
Porque no estás sola. Porque tu dolor tiene sentido. Porque mereces un espacio que te mire sin juzgar.